La Virgen de la Paloma preside ya a pie de calle el barrio más castizo de Madrid

El Cardenal Osoro ha inaugurado esta tarde un mosaico artesanal en la fachada de la parroquia de La Paloma, justo donde los madrileños se reunían hace más de dos siglos para venerar su imagen y pedirle favores.

Madrid, 31 de mayo de 2021. La patrona popular de los madrileños ha vuelto a salir a las calles, pero esta vez se queda fuera. Acompañará al barrio día y noche, desde el exterior. Concretamente, a la altura del número 21 de la calle Paloma, frente al lugar donde estuvo en su día la casa de Isabel Tintero y, por tanto, donde nació la devoción a la Virgen de la Paloma.

El mosaico de azulejos artesanales, elaborado a imagen y semejanza del lienzo original, ha sido bendecido esta tarde por el Cardenal Arzobispo de Madrid, don Carlos Osoro, quien ha compuesto para la ocasión una plegaria: “Oh, Dios, que en 1787 pusiste en manos de Isabel Tintero el lienzo de la Virgen de la Soledad para consolar a la ciudad de Madrid y en esta misma calle convocabas cada tarde a los madrileños al rezo del rosario; te pedimos que bendigas esta imagen de la Virgen de la Paloma que hoy inauguramos con el fin de que sea fuente de gracia para este barrio y para aquellos que al pasar contemplen su mirada. Que por intercesión de la Virgen protejas a nuestros hijos, a nuestras familias, a nuestros mayores”.

El párroco, Gabriel Benedicto, ha explicado que el amor de los madrileños a esta advocación mariana nacida en el siglo XVIII empezó exactamente ante este lugar donde ahora se yergue el colegio La Salle y desde hoy, además, luce el mosaico: según la cartografía de la época, la calle Solana hacía esquina con la calle Paloma, y justo allí moraba una sencilla mujer originaria de Móstoles, que compró por cuatro cuartos el lienzo al niño que lo encontró entre un montón de escombros. “En poco tiempo, el pueblo de Madrid empezó a rezar por las tardes el rosario frente a su portal”, ha contado el párroco.

El resto, ya es historia, pero hoy vuelve a dar un paso más en esta Iglesia en salida. Así lo ha resumido Benedicto: “¿Cuál es el objeto de ponerlo en la calle? Hacer presente cómo y dónde nació. Pero también recordar a todos los transeúntes que están cerca de su santuario, donde se venera el lienzo, y ofrecerles la posibilidad de hacer un alto en el camino para mirar y pedir ayuda a la Virgen”.

La feligresía ha agradecido especialmente a don Carlos Osoro que en esta fecha tan simbólica de la Visitación de la Virgen haya querido regresar a la parroquia, trágicamente golpeada el pasado 20 de enero por la explosión de gas que se originó bajo la acera de la calle Toledo.

Así lo ha recordado también la presidenta de la Congregación de la Santísima Virgen de la Paloma, al iniciar el acto: La Virgen de la Paloma está contenta hoy. En el año más dramático que ha vivido esta parroquia desde el tiempo de la guerra y nuestros mártires, Ella se abaja para consolarnos y decirnos todos los días, a todas las horas: ‘No temas. Estoy aquí. Soy tu Madre. Conozco tu soledad’. Y sale a la calle, salta la verja, para recordárnoslo con su mirada”.